sábado, 26 de noviembre de 2022

¿VALQUIRIA O VALKYRJA? EVOLUCIÓN Y SIGNIFICADO DE LA DONCELLA GUERRERA (Parte II)

 Vamos a continuar y concluir el artículo que iniciamos en la anterior entrada. Para entenderlo, como es obvio, deberíais haber ojeado ya dicho fragmento: para quienes no lo hayáis hecho todavía, os lo dejo en el siguiente enlace: PARTE I. Habiendo cumplido con dicho requisito, ahora sí, ¡sigamos analizando a nuestras Valkyrjur!


LA VALKYRJA COMO ENLACE ENTRE LO HUMANO Y LO DIVINO

Por tanto, ¿denigra Snorri la imagen de la Valkyrja con esta interpretación “actualizada” de su figura? Podría parecerlo, aunque deberíamos ser capaces de mirar un poco más allá. Tomemos como punto de partida esa imagen de la Valkyrja como “camarera”, aunque no esclava: en la sociedad Germánica, el alcohol siempre ha sido una ofrenda de hospitalidad, y las doncellas nobles de un clan lo servían, aunque no como una especie de justificación de un supuesto estatus inferior, sino como una forma ritual de mantenimiento del equilibrio social. En otras palabras: imaginad dos clanes que tienen un conflicto, y con el paso del tiempo dicho pleito se enquista, se agrava y los guerreros de ambos clanes, con sus líderes a la cabeza, quedan para solucionarlo por las buenas o a las bravas; si, en el momento álgido en el que los jefes tribales están lanzándose acusaciones e insultos, aparecen una o varias jóvenes de cualquiera de las familias involucradas y ofrecen unas bebidas a los litigantes (imaginad el meme de Vamo a calmarno), por norma general ambas partes frenarían la escalada, por mera cortesía o conveniencia, pero dichas jóvenes habrían evitado o retrasado el conflicto armado. ¿Se ve más claro así?

Pues bien, a nivel espiritual esa es la imagen de las Valkyrjur de Snorri, como garantes del equilibrio y como intermediarias entre lo humano y lo divino. Así, podríamos entender que dicha labor de “portadoras del cuerno” les fue atribuido al final de la Era del Hierro, y aunque Snorri ofrece una visión desde su mundo en el siglo XIII, no olvidemos que se basa en fuentes antiguas, y de este modo observamos que la figura de la Valkyrja va evolucionando con el tiempo, a la par que la propia interpretación que de su figura hizo cada tribu en diferentes períodos de la Historia.

Y aparte de Snorri, ¿existen evidencias de dicho rol como “portadoras del cuerno”? Pues efectivamente existe numerosa iconografía que nos presenta a mujeres que portan cuernos de bebida y que son generalmente identificadas como Valkyrjur. Veamos algunos ejemplos:


Fuente: www.runesdb.eu
En la famosa piedra rúnica de Tjängvide (Gotland, Suecia), tenemos a esta mujer que parece dar la bienvenida a un guerrero montado en Sleipnir ofreciéndole un cuerno de bebida. Sin embargo, dicha figura femenina no porta atributos guerreros. Podríamos interpretarla como una Valkyrja, aunque no sería yo capaz de asegurarlo sin asomo de duda.


Fuente: www.vikingekult.natmus.dk.
 Aquí estáis viendo un broche de plata hallado en Tissø (Sjælland, Dinamarca), donde apreciamos una mujer de pie frente a un jinete, pero en esta ocasión tenemos una inversión de elementos con respecto a la imagen anterior: la mujer porta yelmo y escudo, pero no se aprecia el cuerno de bebida. ¿De quién se trata? ¿Tal vez una Skjalðmær (guerrera), la mismísima Freyja, o una Valkyrja?


Fuente: www.thornews.com
Esta imagen se encuentra en un tapiz aparecido en el ya citado yacimiento de Oseberg, donde vemos mujeres armadas con lanzas y escudos, pero pareciera que luciesen una especie de trajes rituales, como capas de halcón y cabezas de jabalí. ¿Se trataba de la representación de Valkyrjur en algún tipo de ritual real? El contexto del tapiz parece indicar en ese sentido, pero hay multitud de explicaciones al respecto en los círculos académicos, así que os dejo que saquéis vuestras propias teorías.

AHORA, SÍ: HABLEMOS DE SEXO

Pasemos a la sección estrella de este extenso artículo. ¿Qué hay del sexo con las Valkyrjur?

En nuestra cosmogonía, debo decir que los espíritus femeninos no parecen ser especialmente activos en lo que a sexo se refiere. Eso sí, existen contadas y honrosas excepciones: por ejemplo, en la Gísla Saga Surssonar tenemos una Draumkóna que invita a Gísli, el protagonista de la saga, a vivir con ella en un salón y “ser felices” tras la muerte de éste (y con lo de “ser felices” imagino que no se referirá a jugar a Dungeons & Dragons –actividad que, dicho sea de paso, a mí me reporta enorme satisfacción, aunque no es el momento de hablar sobre mis aficiones-).

A un nivel básico, las descripciones que nos han llegado sobre las Valkyrjur siempre enfatizan su belleza y juventud, lo que parece indicar cierta disponibilidad sexual. Sin embargo, me resulta curioso el hecho de que, cuando tienen relaciones carnales, siempre las mantienen con héroes vivos, aquí en Miðgarð, y nunca con los Einherjar en el Valhöll. ¿Cómo podemos explicar esto? El autor Andreas Nordberg[i] propone la siguiente explicación, a mi juicio bastante fundamentada: al ser el Valhöll un reflejo celestial de la sociedad guerrera del mundo material, allí las Valkyrjur ocuparían los roles de hijas, hermanas o sobrinas; es decir, que los Einherjar, al alcanzar su estatus de guerreros juramentados con el mismísimo Odín, también alcanzan un rango de parentesco con ellas, y, al considerarlas familia, y teniendo en cuenta que la sociedad Germánica de la Edad del Hierro era exógama (como la nuestra en la actualidad), las Valkyrjur dejan de considerarse objetos de interés sexual.

Así que ya sabéis, aspirantes a Einherjar: cuando estéis en el Valhöll, podéis bromear con las Valkyrjur, brindar y bailar con ellas. Pero las manitas donde Odín pueda verlas. Si tenéis que hacer algo con una, que sea aquí en Miðgarð. Que os conozco.

EN EL CAMPO DE BATALLA

Tras este pequeño paréntesis erótico-festivo, recuperemos un tanto la compostura, aunque sin olvidar lo que acabamos de comentar.

En su conocido papel de psicopompos, las fuentes de las que disponemos parecen indicar que la Valkyrja tiene cierta capacidad de decisión sobre quién vivirá o morirá antes de una batalla, pudiendo así decidir el curso de un conflicto, aunque evidentemente no sea su intención primordial tomar parte en los aspectos políticos de una batalla ni sus repercusiones, sino simplemente eligiendo a los guerreros que, a su juicio, hayan demostrado ser aptos para presentarse en la corte de Odín. Y es por esto que existe una oficiosa teoría, la cual considero bastante acertada, en la que se propone que, a causa de esta capacidad de elección de la Valkyrja, los guerreros Germánicos se presentaban en la batalla luciendo sus mejores galas y un cuidado aspecto, con la intención de enamorar a alguna de las Valkyrjur que rondasen el campo de batalla, y que así, ella decidiese que el guerrero sobreviviera para, posteriormente, poder tener sexo con él en Miðgarð, puesto que, en el momento en que dicho guerrero ascendiese a la categoría de Einheri, ya no podrían tener contacto carnal.

En las evidencias existentes, observamos el modus operandi de las Valkyrjur: se presentan en la batalla armadas, y una vez han decidido que un guerrero es digno de su ascensión, sólo intervienen para darle muerte, con lo que automáticamente lo elevan a la categoría de Elegido de Odín. De todas formas, conviene incidir en el hecho de que no se trata de una muerte indeseable, sino todo lo contrario.

De este modo, a todos los efectos, son las Valkyrjur quienes transforman al guerrero mortal en Einheri, cumpliendo así con la voluntad de Odín. El proceso es un verdadero rito de paso: el guerrero entra en batalla, mostrando sus habilidades marciales y su actitud ingeniosa y valiente, y, cuando una Valkyrja lo considera apto, el guerrero sufre heridas mortales; entonces agoniza, siendo el dolor parte de este rito, y en un momento determinado la Valkyrja le da el golpe de gracia, acompañando tras esto a su alma al Valhöll y siendo allí recibido con honores. El paso de mortal a Einheri se da cuando el guerrero, mutilado y delirante, quien ya no es capaz de sostener un arma ni ser útil en el muro de escudos, se encuentra con la Valkyrja: ella, armada y hermosa, tiene todo el poder, justo cuando el guerrero lo ha perdido. Así, invirtiendo los roles de género tradicionales, usurpa la autoridad del guerrero y hasta su posición física en la batalla de forma temporal. Una vez muerto y ascendido al Valhöll, dicha inversión de roles vuelve a cambiar, y el guerrero se incorpora a la jerarquía celestial bebiendo del cuerno que le ofrece la Valkyrja, quien ya ha abandonado su papel de guerrera y adopta el de “portadora del cuerno”.

COMO CONCLUSIÓN

No deseo hacer una mayor interpretación de la que ya he hecho a lo largo de todo el artículo, puesto que mi idea era mostraros lo que yo mismo había investigado y aprendido sobre las Valkyrjur, viéndolas como una figura viva que ha ido evolucionando con el correr de los siglos, hasta llegar a nuestros días, donde la moderna valquiria sigue conservando sus rasgos de identidad básicos, aunque ya transformada a nuestra visión como humanos del siglo XXI. Espero haberos dado suficiente material como para ampliar vuestra propia visión personal de esta interesante figura mítica, y ayudar así a una mejor comprensión de lo que significa y del por qué la honramos a día de hoy.

Mil gracias por haberme acompañado en este viaje, y ¡espero veros en el próximo artículo!



[i] A. Nordberg, Krigarna i Odins Sal.

viernes, 18 de noviembre de 2022

¿VALQUIRIA O VALKYRJA? EVOLUCIÓN Y SIGNIFICADO DE LA DONCELLA GUERRERA (Parte I)

 

Bueno, pues aquí me tenéis de nuevo. Ya, ya lo sé, parecía que este blog estaba muerto, pero no es así. Lo cierto es que llevo un tiempo sin ganas de publicar nada, tal vez por la escasa repercusión que tiene este modesto espacio, o quizá sea por el nulo feedback que recibo, lo que resulta ciertamente desalentador. Aun así, continúo con mi senda de estudio, y, siempre que halle la presencia de ánimo para escribir, así lo haré. De todas formas, si habéis posado vuestros ojos en estas líneas, tenéis mi agradecimiento. Intentaré publicitar mis artículos por las redes sociales (a las que soy evidentemente alérgico), y a ver si entre tod@s reflotamos este proyecto.

Hoy vamos a tratar de analizar una de nuestras figuras míticas más populares, atendiendo a su significado, a su evolución histórica y a la utilización que, de la misma, se ha hecho por nuestras tribus desde la Edad del Hierro hasta hoy día: me refiero, como el título bien indica, a la Valquiria. ¿O es Valkyrja? ¿Son sinónimos, o definen figuras distintas? Vamos a comprobarlo.


Artista: Kráka Gúnnarsdottir (Instagram: @fiskrart)

Antes de continuar, ¿sabéis el significado del término Psicopompos? Esta palabra de origen griego se usa en las ciencias que estudian las mitologías para definir a las criaturas cuya función es acompañar a las almas de los recién fallecidos al más allá. Obviamente, las valquirias tienen esta función, y es una labor de sobra conocida. Pero ¿qué más define a una valquiria? ¿Qué se os viene a la mente al leer la palabra “valquiria”? Tal vez forméis la imagen de una joven hermosa, probablemente de largos cabellos dorados, quien porta un yelmo alado, un vaporoso vestido, y tal vez una lanza y un escudo, ¿me equivoco?

Bueno, pues, para sorpresa de nadie, hay grandes diferencias entre lo que denominaremos como “valquiria pop” y su homónima de la Edad del Hierro, a la que nos referiremos con el término en Nórdico Antiguo, Valkyrja (en singular Valkyrja, en plural Valkyrjur). Sin embargo, la intención de este artículo no es devaluar la imagen actual, sino mostrar estos cambios como una evolución que se produce en consonancia con los cambios sociales de nuestro Pueblo a lo largo de los siglos.


Artista: Carol Phillips (fuente: Pinterest)

¿QUÉ ES UNA VALKYRJA?

Voy a tomar como base de este análisis el trabajo de Luke John Murphy [i], quien reconoce la dificultad de identificar una Valkyrja en las fuentes originales: no es tan simple como decir “es un espíritu femenino armado, así que debe ser una Valkyrja”, puesto que tenemos varias clases de espíritus femeninos que portan atributos guerreros, como algunas Dísir y Nornir, Fylgjur y Draumkónur, por ejemplo (un poco más adelante explicaré esos términos para quien no los conozca). Para diferenciar la figura de la Valkyrja del resto de espíritus femeninos, vamos a explicar su primer rasgo definitorio, que es, lógicamente, el significado de su nombre: la palabraValkyrja proviene de dos términos en Norreno:

·         Val-, que deriva del sustantivo Valr, “caídos en batalla” o “caídos con violencia”;

·         -kyrja, que deriva del verbo Kjósa, “escoger entre dos opciones” (recordad que sólo la mitad de los muertos en batalla van al Valhöll con Odín: la otra mitad van con Freyja al Folkvángr, el “Jardín de las Huestes”)

VALKYRJUR Y DÍSIR

Hoy día, l@s Odinistas de todo el mundo celebramos una ceremonia donde honramos a todos los espíritus femeninos (incluidas las Valkyrjur), sea antes de Ostara como indicaba Snorri (en lo que se denomina como “tradición Sueca”), sea en otoño como mencionan otras fuentes ( “tradición Noruega”). Ahora bien, las fuentes de las que disponemos en la actualidad parecen indicar que, en la Edad del Hierro (Siglo V antes de nuestra Era - Siglo V de nuestra Era aprox.), las Valkyrjur no eran dignas de ser honradas, por lo que se podría pensar que éstas se hallaban por debajo del resto de Dísir en la jerarquía sobrenatural. Esto es curioso, ya que autores como Jan de Vries [ii] proponen utilizar el término Dísir para referirse a todas las entidades femeninas sobrenaturales. Aun así, podríamos establecer algunas diferencias de base entre unas y otras, ya que las Dísir, en su conjunto, están ligadas a la protección de un lugar concreto, a la fertilidad, y a una unidad familiar o clan, al contrario que las Valkyrjur, quienes, como veremos a continuación, están ligadas a la muerte y, a lo sumo, a la “protección” de un individuo concreto hasta que éste cumpla con su Destino.

La confusión se extiende si tenemos en cuenta que, en muchos textos antiguos, no se usa el término Valkyrja para hablar de ellas, sino que se usan metáforas y epítetos que parecen refutar el concepto de que también son Dísir. Pondré algunos ejemplos:

·         En la Edda Poética, para hablar de las Valkyrjur Brynhildr y Sigrún se usa el término Herjans Dísir (“las Dísir de Herjan” –que es uno de los nombres de Odín-);

·         En el Krakumál, un poema del siglo XII que narra la muerte de Ragnar Loðbrók, se atribuye a Ragnar esta frase, justo antes de morir: “Dísir del Salón de Herjan, invitadme a casa”.

·         En el Helgaqviða Hundingsbána I, estrofa 16, vemos que se hace referencia a Sigrún y sus compañeras como Dísir Suðrœnar, “Dísir del Sur”, aunque ya se las describe con evidentes atributos de Valkyrjur, pues llevan caballos que vuelan, portan armas, armaduras y cascos, y deciden el resultado de una batalla.

Tras estos ejemplos, podemos pensar que las Valkyrjur son Dísir, aunque tal vez de un tipo específico y diferenciado del resto.

Pero ¿son las Dísir un grupo homogéneo? Naturalmente que no. Si dejamos a un lado a las Valkyrjur como un “caso especial”, tenemos diferentes tipos de espíritus femeninos que son considerados Dísir sin ninguna duda. Por ejemplo:

·         Nornas: aquellas que tejen el Destino de  mortales y Dioses por igual, siendo las más famosas Urðr, Verþanði y Skuld, pero que, ni por asomo, son las únicas, ya que se trata de un grupo innumerable de espíritus.

·         Dísir “estándar”: espíritus femeninos que favorecen la fertilidad y están atadas al paisaje y/o a familias y clanes.

·     Fylgjur: la Fylgja personal de cada individuo, su espíritu protector, que tiene dos formas de manifestarse, sea como animal “totémico” o con forma de mujer.

·         Draumkónur: de este grupo es del que menos información tenemos, y en el término de Draumkóna se incluiría a todo espíritu femenino que se manifiesta en sueños, generalmente para dar consejos y avisos, y que no pertenece a ninguna de las categorías anteriores.

Como ya se ha mencionado antes, durante la Edad del Hierro no hay evidencia de culto específico a las Valkyrjur en sí, aunque existen evidencias del culto a las Dísir. ¿Por qué? Si tratamos de relacionar ambos grupos de espíritus, nos daremos cuenta de que las Valkyrjur comparten ciertos rasgos con las Dísir más “agresivas”, como la Norna Skuld, pero no sucede así con las Dísir “fértiles”; además, ya se pueden ver las características que las diferencian del resto, como tener un rol activo en batalla, su vínculo con la muerte, el hecho de llevar armas y armadura, o el de estar asociadas con un individuo específico, y no con un colectivo.

Para sintetizar todo lo expuesto, cito las palabras de Luke J. Murphy: se podría decir que “Valkyrja” es un kenning (especie de epíteto) para un tipo de Dís.

¿VALKYRJUR PROTECTORAS?

Pero ¿están las Valkyrjur siempre ligadas a la muerte? Tenemos indicios que podrían apuntar en otro sentido. Voy a mostraros la imagen de una talla, en un carro de madera hallado en el túmulo funerario de Oseberg (Vestfold, Noruega), a ver lo que os parece:

Fuente: www.thornews.com


El carro que ostenta esta escena está datado en torno al verano del año 834 de nuestra Era, y, como veis, representa a un jinete y su caballo que se enfrenta a un guerrero a pie, armado con lo que parece un Sax, y cuyo brazo es retenido por una tercera figura, claramente femenina. ¿Está la mujer impidiendo este ataque? Y si es así, ¿se trata de una Valkyrja protegiendo al jinete? No podemos saberlo con seguridad, aunque sería una interpretación de la escena. Para ofreceros más elementos de juicio, habría que tomar en consideración el contexto del hallazgo de Oseberg, esto es, un barco y ajuar funerarios para dos mujeres, de clase alta, siendo una de ellas usuaria de magia.

Curioso, ¿verdad? Si dicha interpretación fuese la correcta, tendríamos un elemento nuevo para añadir al concepto de Valkyrja: el de espíritu protector de algunos guerreros. Pero ¿por qué haría eso la supuesta Valkyrja? ¿Acaso no es su labor permitir que los guerreros mueran en batalla? ¿O es que está evitando esa muerte porque su “protegido” no está destinado a morir aún, y lo intenta ayudar para que el guerrero pueda cumplir con su Destino en tiempo y forma? Repito que se trata de mera especulación, pero creo que, como poco, da que pensar.

LA VALKYRJA EN SU CONTEXTO HISTÓRICO

¿De dónde proviene el mito de la Valkyrja? Para hablar de su origen y profundizar en su significado, considero imprescindible tomar en cuenta el contexto histórico de la Edad del Hierro para las tribus Germánicas. Durante este período, que abarca prácticamente un milenio, la casta guerrera de nuestras tribus se organizaba mediante las llamadas “bandas de guerra” (denominadas también Mannerbünde en alemán, o Commitatus en lengua latina), un sistema probablemente heredado de los pueblos Indoeuropeos y que consistía en la creación de lazos entre un jefe de clan y sus guerreros mediante juramentos, que obligaban al guerrero a seguir a su líder hasta la propia muerte, y que obligaba al jefe a honrar a sus guerreros mediante prebendas y beneficios sociales (estatus elevado en la jerarquía del clan). Estas “bandas de guerra” ya estaban familiarizadas con la figura de la Valkyrja, debido a que, como seres humanos, buscaban respuestas a su Destino tras la muerte en batalla, y la imagen de la Valkyrja les transmitiría cierto grado de seguridad y valor, convirtiéndose en una seña de identidad de esta élite guerrera, tan importante a nivel espiritual como podían serlo el caballo o la espada en el plano físico.

Nuestro Panteón no es sino el reflejo espiritual de nuestra sociedad material, por lo que evoluciona junto a nosotr@s a lo largo de los siglos. En la Edad del Hierro, los gobernantes de las tribus Germánico-Nórdicas vivían en “salones”, y así nuestros Dioses y Diosas lo hacen también. Siguiendo este patrón, los destinos de las almas tras la muerte también tenían que poseer un orden o jerarquía similar al orden terrenal de la sociedad, pero, para extenderme a este respecto, tengo que mencionar a un viejo conocido de este blog…

¿NOS LA VUELVE A JUGAR EL BUENO DE SNORRI?

Ay, Snorri, Snorri,…

Escribe así el señor Sturlusson en la estrofa 36 de su Grímnismál:

Hrist y Mist

El cuerno me llevarán;

Skeggöld y Skögul,

Hlökk y Herfjötur,

Hildi y Þrúði,

Göll y Geirölul,

Randgrid y Radgrid

Y Reginleif,

Éstas llevan cerveza a los Einherjar.

Según Snorri, como veis, las Valkyrjur sirven la cerveza y las viandas en el Valhöll, y son enviadas por Odín a las batallas para escoger a los valientes que han de convertirse en Einherjar. Pero en ese orden. En otras palabras, Snorri les asigna el rol de “camareras celestiales” en primer lugar, y les deja como rol secundario su papel de psicopompoi. Pero es que este cambio es aún más acentuado si tenemos en cuenta que Snorri ni siquiera las describe con armas o armaduras. En cambio, disponemos de muchas otras fuentes donde sí que mantienen su estética guerrera y sus atributos marciales: por ejemplo, en el Hákonarmál, donde se especifica que las Valkyrjur llevan lanzas, o en el Helgaqviða Hundingsbána I, donde leemos que su armadura “está cubierta de sangre”.

Desde mi humilde opinión, y como ya intuiréis, creo que este tipo de omisiones son deliberadas, porque ya hemos asistido más de una vez a este tipo de… “licencias creativas” en la obra de Snorri. Pero ¿por qué hacer este cambio? Bueno, podríamos darle una explicación, y es que Snorri busca imágenes que les resulten familiares a su audiencia, y dicha audiencia no somos nosotr@s, sino los primigenios consumidores de poesía escáldica, o dicho de otro modo, una pandilla de cortesanos Nórdicos, ya profundamente cristianizados, aunque sucesores de la tradición guerrera de sus ancestros paganos; y, así como ya “olimpizó” nuestro Panteón, ahora nos presenta unas Valkyrjur que no escandalicen a su audiencia y que resulten familiares a la misma. A este respecto, ya escribí un artículo desgranando la interpretación de Snorri sobre la Antigua Fe, y os dejo el enlace al mismo a continuación, por si queréis ojearlo: AQUÍ.

Así pues, si nos quitamos de encima el consabido presentismo, podemos comprender por qué Snorri trata de dar a entender que su interpretación de los mitos es la única válida, con ese Panteón unificado y estandarizado, con un Hél lóbrego e incómodo (que no malo, pero sí desasosegante), un Valhöll brillante y próspero, o un Náströnd terrible, última morada de quienes desafían el orden establecido. Detengámonos ahora en el Valhöll que nos describe: nos lo presenta como el reflejo celestial e idealizado de las castas guerreras, la cristalización de  la ideología guerrera patriarcal: y, en dicho contexto, ser servido en banquetes por mujeres de alto estatus social (no por esclavas, no os equivoquéis), ayuda a la cohesión social y al fortalecimiento de la jerarquía.

Y, para no cargaros en exceso, lo dejaremos en este punto. Dentro de muy poco publicaré la segunda parte de este artículo, donde trataremos el rol de las Valkyrjur como enlace entre lo humano y lo divino, su rol en el campo de batalla, y donde también hablaremos de SEXO. ¿He aumentado el hype? A ver si es verdad. ¡Os espero en la segunda parte!


[i] L.J. Murphy, Herjans Dísir: Valkyrjur, Supernatural Feminities and Elite Warrior Culture in the Late Pre-Christian Iron Age.

[ii] J. de Vries, Altgermanische Religiongeschichte, vol. 2.

viernes, 21 de mayo de 2021

ESPECIAL ANIVERSARIO: Algunos pensamientos sobre el sacerdocio Odinista

 

A finales del presente mes de mayo, este humilde rincón Odinista cumple siete años. Cómo pasa el tiempo,... Y tras este tiempo transcurrido, y después de más de 55.000 visitas (las cuales os agradezco encarecidamente), creo que es bueno detenerse siquiera un instante, echar la vista atrás con el orgullo de ver cómo ha crecido lo que, allá por el 2.014, dio su primer paso vacilante, sin saber si a alguien le podría ser de ayuda lo que tenía la pulsión de compartir; muchos artículos, algunos más exitosos y otros algo menos, pero sobre todo lo que más me animó a continuar fueron las muestras de ánimo y apoyo que me habéis brindado a lo largo de todo este periplo. Las palabras se quedan cortas para poder expresar toda mi gratitud, así que creo que el mejor modo de hacerlo es continuar escribiendo y publicando, con la misma ilusión del primer día.

Pero no es esta la única efeméride que quiero celebrar con el presente artículo, ya que hace poco caí en la cuenta de que llevo ya 20 años ejerciendo de Góði, y eso sí que es un aniversario redondo. Y, precisamente por eso, he creído conveniente hablaros un poquito sobre lo que es la labor sacerdotal en el Odinismo, habida cuenta del interés que suscita la figura del sacerdote entre las nuevas generaciones de Odinistas: saber lo que significa ser Góði, de dónde viene esta figura y cuál es mi visión personal del sacerdocio enmarcado en nuestra Fe. Tal vez, este artículo sea un poco más denso que de costumbre, pero creo que os gustará. Vamos a ello.


Seis años ha de esta foto, en otros lugares, en otro contexto, pero con la misma ilusión entonces que ahora  


El término Góði, en la obra A Concise Dictionary of Old Icelancic, es definido como “sacerdote pagano, jefe”. Podemos encontrar esta palabra en textos tan antiguos como una piedra rúnica hallada en Northuglen (Noruega) y datada en el siglo V de la Era Común, donde puede leerse la palabra GUDIJA, que es la transcripción fonética del término Gótico Gudja, palabra de la que proviene el término Góði, y que también se traduce como “sacerdote”. La palabra Nórdica, que es la que más se ha extendido, tiene el plural Goðar, y el femenino Gyðja (que, a su vez, tiene el plural Gýdjur). Os comento todo esto porque estoy bastante cansado de escuchar a hispanohablantes referirse al plural de la palabra como “godis”, o referirse a una sacerdotisa como “la godi”, y creo que deberíamos usar el lenguaje con propiedad. No quiero decir con esto que todo el mundo debiera saber hablar Norreno, pero al menos sí que deberíamos intentar utilizar bien la terminología cotidiana en la que usemos estas palabras: por ello siempre abogo por castellanizar la terminología Odinista en la medida en que sea posible, y así evitar actitudes pedantes.

Así pues, hablar del Góði actual, o de la figura histórica, es hablar de un sacerdote pagano Germánico-Escandinavo, pero, como siempre sucede, no podemos generalizar un asunto tan complejo, puesto que no todas las tribus Germánicas tenían el mismo concepto del sacerdocio, y sus propios conceptos van evolucionando con el discurrir de los siglos y las circunstancias geográfico-históricas de cada tribu concreta. Por ejemplo, durante la Edad Media, en Islandia y en Noruega los Goðar eran líderes religiosos pero también políticos, aunque en Dinamarca y Suecia parecieron delimitarse al ámbito religioso en exclusiva.

 

ANTES DEL GÓÐI: EL SACERDOCIO GERMÁNICO PRECRISTIANO

Pero antes de hablar del  Góði que tod@s tenemos en mente, debemos remontarnos al antiguo sacerdocio Germánico, para lo cual hemos de remitirnos a textos escritos por los Pueblos que cohabitaron con nuestras tribus, como el famoso Germania de Tácito, donde se nos cuenta que los sacerdotes Germánicos tenían la misión de reunir a la Asamblea, imponer castigos, guardar los símbolos sagrados y los lugares de culto (tales como arboledas sagradas) y, aunque Tácito no lo mencione expresamente, podemos leer entre líneas su conexión con los sacrificios públicos, ya fueran estos de animales o humanos.

El soldado Romano Ammianus Marcellinus, quien vivió en el siglo IV de nuestra Era, escribe en su obra Rerum Gestarum que los Burgundios tenían un “sacerdote jefe”, cuyo cargo era vitalicio. Jordanes, historiador del siglo VI, nos cuenta que los Godos elegían a sus sacerdotes de acuerdo con su nobleza, y el monje Beda el Venerable explica que los sacerdotes de los Anglos no podían llevar armas o montar a lomos de caballos, sino sólo yeguas.

El propio César nos hace ver que el sacerdocio Germánico no estaba tan eficientemente organizado como sí lo estaban los Druidas Celtas: si bien, parece que había cierto grado de organización, bajo la presidencia de un sacerdote “jefe” (de nuevo este término, que no me gusta: Tácito lo escribía como sacerdos civitatis), aunque las dos mayores diferencias con los Druidas serían:

                     Mientras que, en los Germanos, el sacerdote sólo ejecutaba las decisiones de la Asamblea de su tribu, los Druidas tenían en sus manos la administración de justicia.

                     Los sacerdotes Germánicos tenían responsabilidades públicas y estaban atados a su tribu; los Druidas, no.

 

EL GÓÐI  ESCANDINAVO

Los Goðar Nórdicos tenían asignadas unas zonas de influencia, llamadas goðorð, en las cuales desarrollaban sus funciones sacerdotales y sociales. Dichas zonas eran consideradas como posesiones materiales, así que se podían heredar, regalar o compartir. En su propio  goðorð, ya fuese exclusivo o compartido con otros  Goðar, el sacerdote generaba y fomentaba fuertes lazos con la comunidad adscrita a dicha zona, y no sólo oficiando ceremonias, sino también organizando banquetes y concediendo regalos a su gente, porque de esta manera se aseguraba de compartir la riqueza de su  goðorð. Además, el  Góði presidía el Þing, el sagrado Consejo, intermediaba en disputas entre sus seguidores a modo de árbitro o juez, oficiaba ceremonias y realizaba sacrificios para honrar a los Dioses. A cambio, los integrantes de su  goðorð acudían a él buscando protección, consejo o beneficios materiales. Esta preeminente posición se hacía patente en que el  Góði era el guardián del Anillo de los Juramentos, que solía guardarse en un templo y que el  Góði portaba en las Asambleas y ante el que, cualquiera que quisiera intervenir, debía realizar un juramento ritual invocando a Freyr y a Njörðr.

Representación de una ceremonia pagana Nórdica, por J. L. Lund (Fuente: Wikipedia)


Con la llegada del cristianismo en el período de la conversión Islandesa, los  Goðar pudieron retener su poder político y sus funciones de jueces y protectores de sus comunidades, pero perdieron el poder religioso, que les fue arrebatado por los curas cristianos. Pero antes de que Islandia sucumbiera a dicha fe, podemos ver que este rol dual del sacerdote (político y religioso a la vez) venía de muy lejos, ya que, para las antiguas tribus Germánicas, la ley, la sociedad y la religión estaban íntimamente relacionadas y no se podía concebir una sin las otras.

En cualquier caso, es obvio que una de las principales atribuciones del  Góði era mantener su propio templo “privado”, en torno al cual se celebraban las ceremonias religiosas en beneficio de su comunidad. Un ejemplo de esto lo encontramos en la piedra rúnica Glavendrup, en Dinamarca: este monumento, datado en torno al 900-950 de la Era Común, recuerda a un  Góði llamado Alli, “respetado jefe del templo”, y pide a Þórr que santifique estas runas, enfatizando el vínculo entre el dios y dicho sacerdote.

Durante varios siglos, Islandia no fue gobernada por ninguna monarquía, y el mecanismo de gobierno tradicional eran las Asambleas. Durante todo este tiempo, era misión de los  Goðar dirigir las ceremonias estacionales y los ritos de paso de sus comunidades, y también presidir las sagradas Asambleas, adquiriendo así el papel de canal de comunicación entre la comunidad y sus dioses.

Asimismo, también tenemos constancia de la existencia de la versión femenina del sacerdote: la sacerdotisa o Gyðja. Al parecer, ellas enfocaban su labor a realizar ceremonias “privadas”, es decir, en hogares de familias que así lo solicitasen, para llevar a cabo, por ejemplo, ritos de paso familiares o sacrificios puntuales, en oposición al culto público que realizaban sus contrapartidas masculinas.

 

EN RESUMEN...

Tras todo lo expuesto, se puede ver claramente que el sacerdocio, ya fuera el primigenio sacerdocio Germánico o el posterior Escandinavo, era una institución tribal con responsabilidades públicas o comunitarias, como reunir a la Asamblea, mantener los lugares de culto, o impartir justicia.

 

EL GÓÐI HOY

Hasta ahora hemos tratado la figura histórica del sacerdote/sacerdotisa, pero ¿somos lo mismo hoy día que hace mil quinientos años? ¿En que se asemejan nuestras funciones de las de nuestros primigenios predecesores? ¿En qué diferimos? Obviamente, a partir de aquí se perderá la objetividad de lo expuesto, ya que lo que a continuación escribiré es una opinión, y os aseguro que podréis encontrar modos variopintos de ejercer el sacerdocio y, en algunos casos, hasta contradictorios los unos con los otros. Pero ya sabéis que nuestra Fe huye de verdades absolutas, que todo depende de la experiencia vital de cada cual y de sus puntos de vista, y es mi deseo que conozcáis los míos propios.


El sacerdote Hilmar Orn Hilmarsson oficia una ceremonia en Reykjavik (Islandia) en 2.012 (Fuente: El País)


1.                  El Góði / la Gyðja de una comunidad determinada es, por encima de cualquier otra consideración, EL LÍDER ESPIRITUAL de dicha comunidad, con la inmensa responsabilidad que tal tarea conlleva. Pero recordad que el sacerdote o sacerdotisa lo son porque SU COMUNIDAD ASÍ LOS RECONOCEN: sin comunidad, no hay sacerdocio. Si alguien dice ser sacerdote, pero no tiene a su lado individuos que lo respalden, entonces no es nada, y coincidiréis conmigo si atendemos a las diferentes labores sacerdotales (porque esto de ser sacerdote o sacerdotisa es algo dinámico e implica un compromiso, no vale con decir “lo soy” y ya está), labores que ahora explicaré, si acaso de forma superficial.

2.                  El Góði / la Gyðja tienen la sagrada labor de COMPARTIR SUS CONOCIMIENTOS CON SU COMUNIDAD. Esto incluye resolver dudas sobre las Eddas o las Sagas, poder explicar conceptos cotidianos como la muerte o nuestro concepto cíclico del tiempo, aconsejar siempre que alguien lo solicite, etc. Pero no sólo es esto, puesto que hoy día esta labor de compartir conocimientos puede hacerse mediante la música o los podcasts, así como mediante la escritura, ya sea ficción, ensayo,... o un humilde blog.

3.                  Si estamos de acuerdo en que El Góði / la Gyðja son líderes espirituales y deben compartir su saber, entonces es obvio que deben, en primer lugar, TENER LOS CONOCIMIENTOS (el estudio de nuestra Fe nunca acaba), y, en segundo lugar, deben SER CAPACES DE APLICARLOS, y esto se logra con dosis de liderazgo, mucha empatía y y cierta habilidad de comunicación.

4.                  Ya que son los transmisores de nuestros valores ancestrales y nuestras creencias, El Góði / la Gyðja tienen la obligación de EDUCAR A SU COMUNIDAD, del modo que consideren más oportuno. El orgullo de quienes ejercemos el sacerdocio es tener a nuestro alrededor gente instruida en materia espiritual que hayan aprendido gracias a nuestra labor. El buen hacer de un sacerdote o sacerdotisa se mide por los conocimientos que posea el individuo más ignorante de su comunidad.

5.                  Parecerá una perogrullada, pero El Góði / la Gyðja deben PROMOVER LA POTENCIA ESPIRITUAL DE SU COMUNIDAD, mediante el oficio de las ceremonias estacionales y los ritos de paso, pero también animando a su gente a tener un altar doméstico cuidado y atendido, y ayudándoles a confeccionar sus ceremonias y ofrendas privadas, o enseñando a los más pequeños oraciones para que aprendan a hablar con los Dioses con respeto y confianza, ya que una comunidad activa espiritualmente es una comunidad con una hamingja poderosa (para saber lo que significa este término, os paso el enlace a un artículo donde lo expliqué: pinchad aquí), y eso repercute en las vidas de todos los individuos de una forma positiva, como un escudo espiritual ante las entidades malvadas.

6.                  Aún se mantienen ciertas atribuciones de juez en el cargo de sacerdote, por lo cual El Góði / la Gyðja tienen el deber de OFRECER GUÍA Y CONSEJO ANTE POSIBLES CONFLICTOS INTERNOS, dando siempre el punto de vista que refleje nuestros valores tradicionales y nuestra concepción vital, y buscando la reconciliación entre l@s implicad@s para evitar la disgregación de su comunidad, siendo (en la medida de sus posibilidades) ecuánimes en sus consejos y evitando tomar partido por uno de los bandos en conflicto.

7.                  Una importante tarea es la de MANTENER LAS ZONAS DE CULTO, ya sea un templo, un local (en el caso de clanes urbanitas) o cualesquiera zonas de culto que sean utilizadas por la comunidad, aunque, en esta tarea, El Góði / la Gyðja deberían ser ayudados por todos los participantes en las ceremonias, y por lo general esto sucede así, pero no veo mal el recordarlo.

8.                  Como ya hemos señalado a lo largo del artículo, el sacerdocio era institución no sólo religiosa, sino también política y económica. Por ello, es bueno señalar que, en el mundo actual, LAS FACETAS POLÍTICA Y ECONÓMICA DEL SACERDOCIO ESTÁN OBSOLETAS. El Góði / la Gyðja ni pueden ni deben entrometerse en las opiniones políticas de su comunidad, ni tampoco en la administración de las finanzas de cada individuo: lo que prima en la relación del sacerdote o sacerdotisa con su gente es la confianza y la máxima de la libertad individual, que es irrenunciable: si se pierden cualquiera de las dos, la comunidad está abocada al fracaso, y con ella su guía espiritual.

9.                  Naturalmente, una labor que aún se mantiene es el deber de CONVOCAR Y PRESIDIR EL ÞING, sacralizándolo de un modo adecuado, asegurándose de que las personas que intervengan lo hacen de buena fe, sin animosidad entre ellos y tomando los juramentos que se requieran, si fuese preciso.

 

Bueno, espero haberos enseñado algunas cosas sobre nuestro sacerdocio, o al menos sobre cómo lo entiendo y lo vivo yo. Como siempre, espero vuestros comentarios, dudas, o lo que se os ofrezca. ¡Mil gracias por seguir visitando este blog!

 

NOTA: Este artículo está dedicado con cariño para Hrafna Hrafnhófði Gúnnarsson. La gente como tú está forjando el Odinismo que viene: nunca te rindas, Cabeza de Cuervo.

lunes, 10 de mayo de 2021

El caso (aún más extraño) de un nombre sin historia

Este artículo podría considerarse una continuación del anterior, o, cuando menos, bebe de las mismas fuentes y tiene una temática similar. Os dejaré a continuación el enlace del susodicho, por si no lo habéis leído aún: (pinchad aquí)

¿Os habéis puesto en antecedentes ya? Bien. Hoy vamos a estudiar otro caso similar al de Njörun, aunque aún más críptico: cuando estuvimos revisando aquel þula contenido en el Skáldskaparmál, mencioné dos nombres, y como ya hemos investigado la figura de Njörun, nos queda el otro nombre, Ilmr.

Y es que el caso de Ilmr es aún más desconcertante, porque, fuera del Skáldskaparmál, no se la menciona nunca. ¿Qué pasó con ella? Si Snorri la menciona, sin duda era una figura importante, o al menos lo fue en algún momento, ya que podría darse el caso de que el propio Snorri no tuviese muy clara la figura de Ilmr ya en siglo XIII. Así las cosas, mi curiosidad se había desatado, y me puse a investigar. ¿Pero por dónde se podría buscar algo de luz sobre este asunto, si sólo tenemos el nombre? Sólo podía ir en una dirección, así que me convertí en un intrépido turista en el vasto reino de la Filología.

La mayoría de estudiosos ni siquiera hablaban de Ilmr, pero la primera mención de interés que encontré fue por parte de Jacob Grimm (1), quien ya se fijó en la escasez de datos de los que se disponía sobre Ilmr. Grimm comenta que Ilmr, un nombre femenino, debía estar relacionado con el sustantivo masculino en lengua Nórdica Ilmr, literalmente “dulce aroma”; con el trascurrir de las décadas, al parecer esta tesis cogió fuerza en el mundo académico. Lo que ocurre es que dicha denominación, Dulce Aroma o La del Dulce Aroma, resultaría un curioso nombre para una Diosa Germánica, y lo digo porque ninguna otra -que conozcamos- posee un nombre que haga referencia a su olor, o a cualquier otra cualidad sensorial. Sin embargo, es conveniente señalar algo: aunque aceptemos esta supuesta relación etimológica, si lo vemos desde el prisma de la morfología entenderemos que son dos sustantivos completamente diferentes. Fijáos:

                     Ilmr (nombre propio, femenino) – Acusativo Ilmi, Genitivo Ilmar

                     ilmr (sustantivo masculino) – Acusativo ilm, Genitivo ilms

Ya veis que, salvo por una coincidencia fonética, ambas palabras no tienen mucho en común.

Ilmr (fuente: Berloga-Workshop)


Como ya he comentado hace unas cuantas líneas, fuera de las Eddas no existen referencias explícitas a Ilmr, pero se da la circunstancia de que encontramos dicho nombre en algunos poemas escáldicos, donde Ilmr se usa como parte de algunos kennings, los cuales siempre significan “mujer”. Curioso, ¿verdad? Veamos algunos ejemplos:

                     Ilmr sörva: “Ilmr de los collares”

                     Ilmr erma: “Ilmr de las mangas”

                Ilmr unnar dags: “Ilmr del día de la ola” (que significa “Ilmr del oro”. Cuando dicen que algunos kennings son muy rebuscados no lo dicen a la ligera,...)

De momento, gracias a Snorri tenemos a Ilmr como diosa, y gracias a la poesía escáldica de los siglos XI-XII vemos que dicho nombre es eminentemente femenino.

Alguien más contemporáneo a nosotras, el doctor Joseph Hopkins (2), propone que, tal vez, estemos hablando de una Valquiria en lugar de una Diosa propiamente dicha. Pero ¿qué sentido tendría que una Valquiria tuviese un nombre que hace referencia, según Grimm, a su buen olor? En este punto, me hallaba desconcertado, pero entonces tuve en cuenta dos datos que podrían dar sentido a todo esto:

1.                  No siempre hay que distinguir entre Diosa o Valquiria, porque tenemos varios casos de Diosas que, de hecho, son a un tiempo Diosas y Valquirias, como Eir, Skulð o Þrúðr.

2.                  Si pensamos en la etimología del nombre de Eir, por ejemplo, vemos que puede significar cosas como “clemencia” o “ayuda”, que son términos bastante apropiados para una Diosa de la salud, aún cuando dicha diosa es también... una Valquiria, y que conste que tiene todo el sentido, pues ella también decide quién vive y quién muere.

Así pues, podría ser que Ilmr fuese una Diosa, o puede que un ser de menor entidad, como una Valquiria, o ambas cosas a la vez: en cualquier caso, creo que es incuestionable su cariz “sobrenatural”.

Pero tal vez la visión más interesante, a mi modo de ver, sobre Ilmr, nos la aporte el islandés Ásgeir Blöndal Magnússon (3): este caballero aventura una posible conexión etimológica entre el nombre de Ilmr y el sustantivo en Nórdico almr (“olmo”), por lo que ve en ella una especie de “Diosa del Olmo” o “Diosa de los Árboles”, y esto es muy interesante porque daría una respuesta al porqué de la poca información que nos queda de Ilmr. Voy a intentar explicarlo sin demasiadas florituras: la mención a Ilmr que dio origen a esta investigación proviene de un texto islandés... y si lo pensáis, Islandia no es conocida por sus bosques, precisamente. De hecho, no hay muchos árboles en la gran isla. Sin embargo, cuando se inició la colonización de Islandia, sí que los había. Mientras transcurría la Edad Media, dichos bosques fueron talados para facilitar la ganadería extensiva, principalmente la cría de ovejas, puesto que en aquel tiempo la lana era un bien más preciado que la madera. Y claro, al desaparecer la flora, el uso de los nombres y denominaciones de los diferentes árboles deja de usarse y se vuelve borroso y confuso de manera paulatina. Por poner un ejemplo que ilustre este proceso: la palabra Nórdica eik, que significa “roble”, es un préstamo del Inglés oak, pero en Nórdico Antiguo dicho sustantivo hace referencia a cualquier clase de árbol, no solo al roble.

El caso es que, si aceptamos el supuesto de que Ilmr fuese realmente una Diosa y además una Valquiria, esta asociación con el olmo si cobraría sentido, si lo vemos desde la perspectiva folklorista, pues el Pueblo Germánico siempre ha visto al olmo como un árbol traicionero y hostil (hay multitud de leyendas que lo atestiguan), y muy asociado con el concepto de la muerte (desde la Edad Media, la madera de olmo se empleaba en la confección de ataúdes, y solían plantarse olmos en los cementerios). Y esto me parece más cercano a la figura de una Valquiria que aquello del “Dulce Aroma” que nos propuso Grimm, pero obviamente esto es una simple opinión, porque con Ilmr no hay ninguna certeza.

Y, tras todo esto, compartiré con vosotras algunas reflexiones a modo de conclusión de estos dos artículos. Ya sea la teoría de la hermana-esposa de Njörðr en el caso de Njörun, ya sea la teoría de la “valquiria olmo” en el caso de Ilmr, lo único cierto es... que no tenemos certezas. De Njörun apenas nos queda una cierta idea general de su adhesión a la tribu de los Vanir, y de Ilmr sólo tenemos su nombre, sexo y el concepto de su rol “sobrenatural”. Nada más. Pero esto es, precisamente, lo que he pretendido reflejar en ambos artículos: y es que, en ocasiones, que una investigación no nos aporte respuestas (es decir, que resulte en principio fallida, o infructuosa) no quiere decir que sea un motivo de frustración, pues la propia investigación y todo lo investigado siempre nos lleva a aprender algo nuevo, o a iniciar nuevos estudios. Y es que lo importante del camino no es la meta: es el propio camino.

¡Nos vemos en el próximo artículo!

 

 

 

 

(1)               Grimm, Jacob: Deutsche Mythologie (1.888)

(2)               Hopkins, Joseph: Goddesses Unknown: on the apparent Old Norse Goddess Ilmr

(3)               Blöndal Magnússon, Ásgeir: Íslensk Orðsifjabók (1.989)